Poder Distribuido

El bien común como realización humana está presente en todos los niveles de la humanidad, desde lo mas cercano e individual; casa, atuendo, alimentos, salud, educación…, hasta el nivel del planeta, sostenibilidad y clima o DD.HH, pasando por niveles comarcales, regionales, estatales, continentales…

Gobernamos en el cuando no se precisa otra intervención que la nuestra, no así cuando intervienen otros. Entonces está mediado por instituciones, controladas por terceros, indirectas, que mediante la ley y/o la fuerza del estado, lo contaminan con intereses de diferente tipo, incluyendo el beneficio privado, pudiendo llegar a destruirlo.

Imponen su voluntad a la sociedad y a cada una de nosotras coartando, el libre albedrío o nuestros derechos, no por el bien común al que están obligados, sino por el bien de quienes gobiernan el estado o aquellos por quienes se dejan corromper.

El estado ha demostrado su fracaso histórico. En la actual crisis y en otras anteriores, ha luchado contra la sociedad tomando decisiones en beneficio de una minoría que perjudican los bienes comunes. La corrupción, la discriminación y privación de libertades, la destrucción de bienes, vidas humanas, y la propia naturaleza, no aconsejan prologar el uso de un herramienta tan obsoleta.

El bien común, como legado y movimiento evolutivo del conjunto de la sociedad, requiere, para su definición y gobierno, la voluntad e intervención de cada ser humano. Precisa un despliegue de poder en todos los entornos en los que sea necesario actuar para su gobierno.

En los movimientos globales, en la actitud crítica hacia las instituciones estatales de los gobiernos, en el rechazo a la corrupción, se encuentra la voluntad de intervención directa que antes, en las situaciones revolucionarias, se ha manifestado espontánea y abruptamente como doble poder. La sociedad desconectada ya reclamaba el poder que le corresponde

Con la vieja concepción de bien común era inevitable tender a la homogenización totalitaria que coarta el libre albedrío y desarrollo de la identidad humana. Es imposible que el estado, aparato centralizado, lejano, jerárquico, incluya en su diseño y gobierno la amplia diversidad de valores y detalles que engloba al conjunto de la humanidad y su actividad como sociedad. Solo un gobierno cercano, accesible e integrado por todos los seres humanos, puede intervenir de forma que lo sienta y use como propio, sin excluir al resto de la sociedad con quienes lo comparte, un Poder Distribuido.

Características que definen en su despliegue al Poder Distribuido:

Es un proceso en el que se generan las identidades y valores con los que impulsamos el bien común y creamos cada uno de los bienes comunes. Es distinto en todas partes y sin embargo interconectado. Son pequeñas evoluciones en todos los campos de los que quizás el mas importante es el cambio en cada persona. Se produce por el empoderamiento personal y social de los bienes comunes según los valores personales y colectivos de nuestra identidad.

Crea un poder no jerárquico, de escala humana, cercano, voluntario, accesible, descentralizado, mas cotidiano y liviano que el oficialismo protocolario de las instituciones actuales. Un poder progresivo mediante el cual la sociedad asume el gobierno de sus bienes comunes igual que lo hicimos antes en las situaciones de doble poder pero sin la violencia que las ha caracterizado.

Es un proceso voluntario, pacífico, largo o breve según las condiciones sociales, el acceso a la cultura y el grado de organización en la sociedad de estructuras propias propias de este tipo de poder.

La distribución del poder:

  • Empoderadas y colaborativas: Con la ayuda inicial de la educación para la colaboración y por decisión propia, se transforman las personas que quieren ganar libertad y realizar su identidad empoderandose del bien común. Colaborando con quienes comparten valores se adueñan de aquello que hace sus propias vidas para obtener en su acción común un beneficio personal que le realiza. Son la base del poder, origen, acción común e individual y su destino.
  • Gobiernos del procomún: organismos ejecutivos que aplican las políticas  definidas por el sujeto social que dirige el bien común del que se trate. Se crean en todas las escalas en las que la sociedad precisa tomar decisiones, de la global a la local.
    • No tienen una duración determinada como tal ni relaciones jerárquicas entre los gobiernos del mismo bien en sus diferentes escalas.
      Se rigen por los criterios de transparencia y calidad que se esperan de cualquier organización de bien común según el Contrato Social establecido con su comunidad.
    • Disponen de indicadores que permiten conocer el estado de realización del plan encomendado por la sociedad.
    • La digitalización de muchas tareas y el desarrollo de la democracia pueden reducir su presencia, hacerla mas esporádica y hasta disolverlos definitivamente si no son necesarios.
  • Planificación distribuida basada en herramientas para la inteligencia colaborativa con las que gestionar la información, la delegación y gobierno en los distintos niveles del empoderamiento social.
  • Administración distribuida:  La existencia de un gobierno distribuido trae como consecuencia la de una administración especializada, también distribuida, mas cercana a los vecinos, menos burocrática y/o corporativa que la estructura jerárquica ministerial. Mas permeable a la digitalización, automatización y transversalidad de forma que su cuerpo reduzca su impacto en la sociedad y no crezca sistemáticamente como sucede con el estado centralizado.
  • Descentralización de la fuerza (milicia). En muchas situaciones de doble poder la sociedad se dota de grupos civiles armados con funciones que van desde el orden público a campañas militares de guerrilla. Se conocen muchos casos: en la Comuna de Paris, en la independencia de EE.UU, los comités de soldados de Revolución Rusa, las milicias de la revolución española hasta 1937, la guerrilla de la guerra contra la ocupación francesa… La milicia es una solución para la progresiva supresión de las fuerzas policiales, la resolución pacífica de conflictos en los que la comunidad puede ejercer una presión social y el sometimiento de la fuerza a la voluntad directa de la sociedad.
  • Parlamentos: Son instituciones temporales especializadas en un bien común que cuenta con gobierno propio. Convocados cuando lo exige la acción de gobierno y disueltos tras realizar el fin que se perseguía como crear o modificar leyes. La normalización de la democracia puede distanciar sus convocatorias hasta parecer definitivamente disueltos.
  • Políticas de transición. Son las que movilizan a las personas y activan los movimientos sociales. Estas tienen en cuenta lo concreto local, las posiciones de bien común de partida, las referencias globales y las motivaciones de los participantes.
    La casuística de las políticas será extremadamente diversa pero tendrá en común en todo el planeta un conjunto de acciones que llevan a la disolución progresiva del estado:

    • Paso de competencias desde organizaciones centralizadas, comúnmente del estado, o dependientes de sus estructuras menores, a gobiernos de bien común.
    • La hibridación intencional del poder centralizado con el descentralizado, doble poder, para transformar los bienes comunes de forma que la sociedad se empodere de ellos.
    • La creación de nuevos bienes sociales al tiempo que su gobierno descentralizado.
  • Organizaciones transitorias de bien común:  Extensión y multiplicación de partidos transversales, organizaciones transitorias especializadas en el empoderamiento de un bien común específico. Fueron tomadas en sus inicios como rarezas extravagantes: partidos de Internet, ecologístas, animalistas, feministas, humanistas, nacionalistas…
  • Organizaciones del bien común: Independientes del poder actual y futuro, de carácter científico, neutrales, que den soporte en los procesos de definición de la posición de bien común, cuando se requiera en las acciones de gobierno y/o planificación distribuida, para mantener los indicadores de bien común, para formarnos en las competencias de la inteligencia colaborativa o aportar referentes de calidad y garantía ética para las organizaciones transitorias de bien común.

Transversalidad del poder distribuido.

Cada ser humano somos una sola entidad con muchas inteligencias y capacidades distintas que podemos desplegar en cualquier lugar del planeta podemos por ello identificarnos y participar de cualquier gobierno de bien común por lo que no hay lugar para fronteras, rincones exclusivos o áreas excluyentes.

El gobierno local, cercano, de cada bien común conlleva la colaboración global, en escala, dentro del mismo bien que se trate para que su personalización no derive en un caos planetario. También la colaboración regular con el gobierno de los demás bienes. El poder distribuido es por naturaleza transversal a toda la humanidad:

  • Inteligencia colaborativa

Decidir sobre la vida propia supone asumir la responsabilidad social que tenemos y tomar muchas decisiones en los bienes que nos afectan a cada persona de la organización social. Dados los cambios culturales para que esto sea posible, la existencia de la información necesaria y recursos sociales como indicadores y posiciones de bien común se abrirán en la sociedad procesos de empoderamiento que llevan a la distribución del poder a las escalas mas pequeñas y cercanas que sea posible, hasta el de las personas individuales.

    • La inteligencia colaborativa es clave para la creación y uso de un poder distribuido. Es también la práctica que alimenta la Conciencia Global sobre el estatus y el futuro del Bien Común.
    • Se produce por la intervención directa de las personas, por la implicación que genera el beneficio de 360º, haciendo creativa y enriquecedora la aportación personal a la inteligencia colectiva.
  • Democracia

La democracia es necesaria de forma habitual, para que las personas y la sociedad en sus diferentes manifestaciones ejerzamos la decisión directa sobre los bienes comunes.

    • La deliberación y las votaciones son los procesos mas habituales e importantes, aunque no siempre haga falta votar. Cuando un parlamento evalúe las alternativas a decidir, si no se produce consenso, este será el resultado de la votación.
    • Las herramientas de democracia electrónica facilitan la intervención directa reduciendo el papel de portavoces y representantes.
  • Derechos humanos y leyes en escala:

Hoy un nigeriano, peruano, andorrano, italiano, chino, canadiense, afgano… son tan personas unos como otros. Formalmente tienen los mismos derechos humanos pero la existencia de la estructura de estados y las diferencias económicas de su propia posición social les hace totalmente distintos hasta el punto que estas diferencias generan corrientes migratorias, discriminación, hambrunas, comercio de personas, muertes injustificables y problemas humanitarios que no debería sufrir ningún ser humano. El poder distribuido facilitará a estas personas cambiar su realidad.

    • Intervenciones sociales para el desarrollo humano.
    • Un marco de derechos y leyes garantista global para que en cualquier lugar del mundo ser humano signifique los mismos derechos y oportunidades.
    • Las legislaciones locales pueden mejorar siempre los DD.HH, pero nunca coartarlos o condicionarlos como sucede hoy en todo el mundo.
  • Identidades culturales:

Fueron en el pasado el motivo de creación de estados y la excusa para mantener imperios. La existencia de poderes estatales constituidos previamente ha impedido la realización de numerosas identidades culturales que no han podido decidir su futuro.

Los estados han empobrecido la diversidad de la humanidad.Tienden a homogeneizar las culturas de forma que las minorías siempre están amenazadas.

La creación de un poder distribuido es para las identidades nacionales una oportunidad de ejercer su derecho a decidir sin caer en los riesgos que conlleva una nueva maquinaria estatal. El estado, diseñado para el gobierno de una minoría reproducirá el caos y la violencia propia de los estados garantizando como siempre los privilegios de quienes lo gobiernan.

  Beneficio de 360º, Educación para la colaboración, Planificación Distribuida Organizaciones del Bien Común, Doble Poder