Humanos relativos

Como humanos, ‘homo sapiens'((Homo sapiens (del latín, homo ‘hombre’ y sapiens ‘sabio’) es una especie del orden de los primates perteneciente a la familia de los homínidos. También son conocidos bajo la denominación genérica de «hombres». Los seres humanos poseen capacidades mentales que les permiten inventar, aprender y utilizar estructuras lingüísticas complejas, lógicas, matemáticas, escritura, música, ciencia y tecnología. Los humanos son animales sociales, capaces de concebir, transmitir y aprender conceptos totalmente abstractos. Wikipedia)), debemos nuestro ser a nuestras capacidades sociales, que nos permiten superar las limitaciones genéticas que mantuvieron a otros homínidos durante millones de años en una posición intermedia en la cadena trófica.
Tenemos diferencias genéticas con homínidos anteriores que no son decisivas, de hecho, se produjeron cruces híbridos entre ellos. Lo que más nos distingue es el desarrollo de las capacidades sociales gracias al manejo de conceptos abstractos y estructuras lingüísticas complejas.

El ser humano como ser social está dotado de libre albedrío; es un ser libre e intelectualmente capaz por sí mismo. Su identidad personal es relativa a los factores sociales que contribuyen a crearlo y lo definen. A lo largo de nuestra evolución hemos progresado en desarrollo humano((El desarrollo humano es el proceso por el que una sociedad mejora las condiciones de vida de sus miembros a través de un incremento de los bienes con los que puede cubrir sus necesidades básicas y complementarias, y de la creación de un entorno social en el que respeten los derechos humanos de todos ellos. También se considera como la cantidad de opciones que tiene un ser humano en su propio medio, para ser o hacer lo que él desea ser o hacer. El Desarrollo Humano podría definirse también como una forma de medir la calidad de vida del ser humano en el medio en que se desenvuelve. Wikipedia)):

  • Estadios muy básicos en la prehistoria con sociedades tribales, sencillas y poco numerosas en la que éramos totalmente dependientes de la pequeña comunidad en la que nacimos, y a la que estábamos unidos por vínculos familiares y simbólico religiosos. Una etapa idealizada como comunismo primitivo que nos mantuvo aún muy cerca del reino animal y otros homínidos.
  • Estadios más complejos, tras dejar la vida nómada, con la aparición de ciudades, el desarrollo de la agricultura y ganadería, la escritura y más tarde la imprenta, el crecimiento de artes, literatura, matemáticas…, la arquitectura, el transporte… Un creciente peso de la cultura, religiones, ideologías intercontinentales que nutrieron nuestros valores simbólicos y exigieron sociedades más complejas, las primeras leyes, estados e imperios.
  • Y el estadio actual de la globalización capitalista y la era del conocimiento, que nos hacen seres muy complejos:

Sabemos, por los avances en el conocimiento del propio ser humano, que estamos vinculados y conectados con nuestra comunidad y el resto del mundo, como si tuviéramos dispositivos que nos conectan, conectores sociales, compuestos por actitudes, o emociones que nos permiten forjar una versión propia del conocimiento general de la sociedad, conocimiento vivo alimentado por diferentes fuentes de conocimiento y nuestra propia experiencia.

Las exigencias del capitalismo, en los países centrales del imperialismo han exigido mayor especialización y conocimiento. Se han masificado las universidades, las formaciones medias y no regladas, se ha acelerado la movilidad en el trabajo, de forma que cualquier persona afronta su vida conocedor del valor temporal de su formación inicial, y que tendrá que complementar con una formación continua((Educación por extensión, formación permanente, educación continua, formación continua o capacitación continua, también conocida como educación a lo largo de la vida, son términos que comprenden una gran cantidad de actividades y programas de aprendizaje teórico-práctico, que se realiza después de la formación obligatoria o reglada (ya sea educación secundaria, bachillerato, formación profesional, o formación universitaria), y que puede extenderse durante toda la vida. Wikipedia)).

La globalización y la competencia han acelerado el acceso al conocimiento. La tecnología y su medio, Internet, han convertido el conocimiento en un valioso capital productivo creando nuevas disciplinas para el trabajo con intangibles: la Gestión del conocimiento o la ingeniería del conocimiento que han motivado el desarrollo de la psicología y neurociencias. Disciplinas que buscan la implicación emocional, la socialización, la colaboración, la inteligencia colectiva, para rentabilizar el conocimiento con la mejor herramienta para manejarlo, nosotros mismos. La ingeniería de datos y las inteligencias artificiales son herramientas de la era del conocimiento que complementan y prolongan nuestras capacidades, como lo hicieron los telescopios o las calculadoras.

Se desarrollan también para aumentar la integración de personas cada vez más complejas. Hemos superado la estandarización, el trabajo en serie o en cadena, de forma que nuestra capacidad intelectual y el nuevo acceso al conocimiento potencian el libre albedrío.

Cada ser humano tenemos una inteligencia que es combinación de distintos tipos de inteligencias, habilidades cognoscitivas que trabajan juntas, aunque como entidades semiautónomas. Cada persona desarrolla unas más que otras((Teoría de las Inteligencias Múltiples «La inteligencia no es un conjunto unitario que agrupe diferentes capacidades específicas, sino una red de conjuntos autónomos, relativamente interrelacionados. Para Gardner el desarrollo de algún tipo de inteligencia depende de tres factores: Factor Biológico, factor de la vida personal y Factores culturales e históricos. Para Howard Gardner, la inteligencia es un potencial biopsicológico de procesamiento de información que se puede activar en uno o más marcos culturales para resolver problemas o crear productos que tienen valor para dichos marcos. De esta manera, desde esta perspectiva las inteligencias no son algo que se pueda ver o contar: son potenciales ―es de suponer que neurales― que se activan o no en función de los valores de una cultura determinada, de las oportunidades disponibles en esa cultura y de las decisiones tomadas por cada persona y/o su familia, sus enseñantes y otras personas.»- Howard Gardner – Wikipedia )). La cultura y la oferta productiva ayudan al desarrollo de la personalización de forma que el ser humano, en la medida que incrementa su conocimiento y capacidad de decisión, tiende por naturaleza a diversificarse.

Los valores inmateriales de la globalización han desvelado valores humanos preexistentes, valores de bien común, con los que la humanidad está creando una conciencia global.

En eras anteriores de la humanidad, los seres humanos hemos colaborado ‘desconectados’ por el Bien Común gracias a referencias simbólicas y míticas, religiones y culturas. En la era de la globalización capitalista y el conocimiento proseguimos en la evolución humana con nuevos referentes fruto de la superación e hibridación de los que nos unieron en el pasado: los valores de bien común presentes en la naciente conciencia global, cercanos y globales, crean nuestra identidad humana. Una versión individual, personalizada, de seres más evolucionados, capaces de identificar el ‘yo’ como parte inseparable del ‘nosotros’ que la humanidad hemos ido construyendo hasta nuestros días.

Personalización e identidad personal van unidas, asumimos como propios los valores de la sociedad, reflejados normalmente por el arte, la cultura y la estética. Cuanto mayor es la identidad, con mayor facilidad se moviliza. De esta forma los movimientos globales están movilizando a las personas más identificadas con los valores de Bien Común de la creciente conciencia global. Las personas identificadas con estos valores se sienten empoderadas, identificadas consigo mismas y por la sociedad por unos mismos valores.

La combinación de los valores de bien común es distinta para cada persona. Se manifiesta en su conocimiento vivo según el grado de conocimiento de cada uno de ellos y su relación personal.

Las personas distantes con los valores de la sociedad tienden a distanciarse de ella, tienen un conocimiento distinto, que, como si fuera una materia plástica, se puede modificar. La sociedad ofrece los medios: formación, actividad social, tradiciones, costumbres… Las personas, dotadas de capacidad racional propia, podemos experimentar tales conocimientos según nuestras propias decisiones y personalizarlos en nosotras mismas generando nuestra propia identidad.

La identidad personal es un valor simbólico complejo con el que las demás personas identificamos a cada uno de nuestros congéneres, permitiendo decidir cuál es nuestra relación con ella en forma de actitudes sociales.

La identidad personal cambia a lo largo de nuestra vida, de forma que nuestra posición social evoluciona constantemente. El género humano hemos cambiado y estamos cambiando nuestra identidad como especie de forma que ya tenemos muchos valores, reconocidos en derechos humanos, mientras incorporamos nuevos.

Siempre hemos sido humanos relativos a la sociedad en la que nos ha tocado vivir, a los factores de nuestra existencia. Cambian las referencias y cambiamos nosotras mismas. De esta forma creamos la conciencia necesaria para desarrollar nuestras vidas en la sociedad. De esta forma también participamos en su creación que refleja nuestro estado de desarrollo humano. Somos seres sociales, somos seres con libre albedrío. El bien social y el individual se unen, sin confundirse, en el bien común.

La creación de una conciencia global indica que nos estamos preparando para otro cambio, otro grado evolutivo de las personas y la propia especie. Otras condiciones para el desarrollo personal, otra sociedad.

 

  Inteligencia Social, Libre albedrío, Bien Común, Posición del Bien Común

Bien Común

Si hay algo que modela nuestra identidad social, el ‘Nosotr@s’, es el bien común, definido por los clásicos como ‘lo que beneficia a tod@s. Una visión subjetiva colectiva de los valores comunes en la sociedad y por tanto los de cada persona. Una foto estática que permite identificar fácilmente de qué hablamos, en cualquier momento de la humanidad, sin entrar en más profundidades.

Tiene como objetivo unir a nuestra especie en cada momento, como otros elementos subjetivos de nuestra conciencia y el lenguaje:

  • Moviliza a la sociedad con Nosotr@s, el ser colectivo que distingue al homo sapiens de sus predecesores.
  • Se manifiesta en las emociones colectivas y en los casos en los que se genera inteligencia social
  • Aporta un contexto social a nuestra capacidad científica que se traduce en empoderamiento e innovación.
  • Permite crear estructura social, redes de relaciones y organizaciones sociales.
  • Está presente en la conciencia global
  • Por el bien común se crean situaciones revolucionarias de doble poder.
  • Nos permite recomprender la historia y proyectar el futuro como si fuera una meta de la humanidad.

Lo que hasta ahora no hemos hecho con el bien común es practicarlo de forma habitual, convertirlo en nuestra forma de vida. Normalmente no estamos empoderados del bien común sino alienados lo cual es un grave problema para afrontar y superar las amenazas que conlleva el cambio climático.

Algunos casos recientes nos permiten estudiar en acción el bien común: en el desastre del Prestige y la crisis del chapapote, en los primeros de meses de 2020 con la pandemia de #Covid_19, o con el movimiento social político del 15M. Lo podemos encontrar en todos los movimientos sociales y/o reivindicaciones políticas presentes en la sociedad.

En todos ellos intervienen personas concretas, con sus conocimientos y emociones, muchas veces a flor de piel, y estructuras sociales preexistentes. Suele formarse un ecosistema de cambios que en general no suele funcionar a gusto de todos, genera muchos quebraderos de cabeza y consigue tanto objetivos insuficientes, limitados, no plenamente satisfactorios, como fracasos estrepitosos, porque chocamos sistemáticamente con la naturaleza humana.

Releyendo la historia encontramos multitud de excepciones que aún así no dejan de ser episodios aislados, éxitos puntuales que incrementan el patrimonio del bien común y son al tiempo tanto una esperanza como un llamamiento a entender el porqué, como funciona el ser humano con el bien común y aprender conscientemente como empoderarnos y transformar la sociedad con su lógica.

La comprensión del Bien Común

Para dominar el bien común y no ser presos de la inconsciencia, de esquemas añejos de ideología política, o de organizaciones que no terminan de cumplir su rol social o político, es necesario tener una comprensión, un conocimiento racional lo más completo posible del bien común, de todas sus manifestaciones, del patrimonio con el que hoy contamos y de como Nosotr@s actuar para empoderarnos de la sociedad en la que vivimos y cambiarla si es preciso.

Relativo en cada ser humano

El ser humano como ser racional individual parte en su acción con la parte del conocimiento humano que dispone, y una experiencia individual, conocimiento vivo de aquello en lo que ejerce el poder, distinta de la de cualquier otro ser humano. Si casi no ejerce el poder en nada y vive manipulado, su posición es extremadamente débil e insegura.
Tenemos capacidad para percibir, desde nuestra propia posición personal, las diferencias entre los valores sociales y los propios de cada cual y concretar con nuestras posibilidades qué cambios hacer para ajustarlo a los sesgos y posición social que nos caracterizan para obtener así una identificación plena.

Para objetivar el bien común, hacerlo aprensible, necesitamos contrastar materialmente los valores personales con los valores comunes de la sociedad. Aprender por nosotr@s mismos, o de la sociedad, aquello que nos falte de conocimiento y/o experiencia en lo que concretamente queremos intervenir, como hace cualquier emprendedor/activista.

Entonces es posible sentir el bien común como algo propio, como siente el alfarero la arcilla en sus manos, percibir la posibilidad de empoderarse buscando en la realidad, desde el principio, los matices personales con los que nos identificamos e intervenir en los bienes comunes concretos, la educación, la sanidad, la ciencia… para obtener un beneficio propio y contribuir al de los demás. Cada persona tenemos un proceso propio de empoderamiento con los bienes comunes, tod@s somos distint@s, de forma que pueden ser tan dispares entre unos y otros que es posible que se produzcan enfrentamientos por las diferencias de conocimiento y/o alienación entre ellas y por carecer de una cultura adecuada.

En nuestros días, con una vida mucho más compleja, la lista de bienes comunes es extremadamente larga y con muchas interrelaciones. El virus Covid_19, que amenaza la vida humana, nos ha paralizado durante largos meses en 2020 mostrando como un tema sanitario afecta al conjunto de la economía, al medio ambiente, a la educación, a la movilidad… Las comunicaciones han mantenido la vida social, han ayudado a ajustar nuestra respuesta. Se ha activado la inteligencia social priorizando por un tiempo el bien común en detrimento del beneficio privado, o cuando menos ha cuestionado los equilibrios hasta ese momento establecidos. Se han creado redes de ayuda y se han producido cambios en la conciencia global hasta que la ‘Nueva Normalidad‘, ejecutada por el estado, ha detenido el proceso

Los bienes comunes suelen estar regulados por leyes, dotados de medios materiales, una organización que lo gestiona y una cultura social, ética y moral, respecto a ellos. En ellos es posible el empoderamiento individual y colectivo, y son por ello materia común de la política. También son fuente de rapiña de quienes dominan el poder para engrosar el beneficio privado. Son causa de enfrentamientos sociales, usando las naturales diferencias entre cada ser humano respecto al bien del que se trate, de forma que la sociedad no puede beneficiarse de la riqueza de visiones que obtendría si cada persona colabora desde su posición personal.

Los actuales retos para la especie, como el cambio climático, deben objetivarse, para cada persona y para tod@s, con cambios en los bienes comunes que nos movilicen, tanto individual como socialmente, para empoderarnos de un proceso de cambio que nos incluya, que será para cada cual distinto de forma que nos sintamos identificados.
La diferencia con el método alienador actual es que millones de personas usando nuestras habilidades sociales tenemos un poder muy superior al conjunto de poderes jerárquicos que hoy dominan el planeta.

Relativo a cada sociedad

La evolución de Nosotr@s respecto al bien común es un proceso social con varios milenios de recorrido en el que los poderes establecidos en cada sociedad han fomentado el beneficio privado respecto al bien común, a pesar de las excepciones, creado las normas, una moral y cultura adecuadas de las que se ocupaba un poder jerárquico, normalmente el estado, pero no solo el.

Los bienes comunes han cambiado a través de la historia, han evolucionado con Nosotr@s. Cuando empezamos nuestro andar en la tierra el ser humano tenía una vida muy simple. El bien común se reducía a salvar la vida, alimentarse, encontrar un refugio, la caza en grupo, cuidar de los niños heridos o ancianos, mantener las tradiciones que nos unían… La evolución nos ha dejando experiencias aparentemente contradictorias con los valores de la sociedad actual:

  • Aristóteles, uno de los pilares de nuestra civilización, consideraba la esclavitud un bien de origen natural.
  • La democracia ateniense, la primera experiencia documentada de democracia directa, ignoraba a sus esclavos sin los que los ciudadanos libres no habrían tenido tiempo para ejercer la democracia.
  • Hoy consideramos inaceptable la explotación del trabajo infantil que ha sido común y bien valorada en la sociedades campesinas antiguas.
  • También era inaceptable que un campesino no pagara al señor sus derechos, aunque estos causaran hambruna.
  • Se perseguía en la edad media como sacrílega cualquier práctica religiosa que no viniera directamente de la jerarquía eclesiástica.

Así como hoy hemos evolucionado y rechazamos tales prácticas debemos reconocer que sus contemporáneos los consideraron bien común y así se reflejó en la justicia. Debían vivir en su época y aceptar los medios con los que contaban.

La aceptación y/o obligación se traducían en unas normas morales que permitían a cada persona llamar al orden a los demás cuando emprendedores o revolucionarios creaban situaciones de cambio que la mayoría social percibía con inseguridad, una amenaza para el orden establecido que solía desatar la represión. Las personas, siervos, lacayos, artesanos, burgueses, nobles, filósofos, se veían más próximas o lejanas a los cambios según su posición personal, como sucede hoy.

Muchas personas creen que la historia ha avanzado a golpes en los que ha dominado el enfrentamiento social cuando estos han sido la excepción, no han existido patrones y se han dado múltiples pequeños cambios que han hecho de la evolución social un proceso con muchas continuidades.

Los ‘golpes’ tienen mas que ver con la resistencia del propio poder cuya estructura jerárquica carece de flexibilidades y es muy propensa a la violencia. Su visibilidad se explica por la cultura que fomenta una interpretación de la historia que pretende reproducir tales situaciones y fomentar una homogeneidad humana del comportamiento social que no hay forma de demostrar y fracasa todos los días cuando se están produciendo constantemente cambios que pasan desapercibidos para unos aunque no para otros.

Así como cada persona tiene una posición relativa frente al bien común y sus bienes concretos la propia humanidad tenemos una posición relativa a estos a lo largo de nuestra historia de forma que el momento presente determina como entendemos nuestra propia historia y por tanto nuestra evolución social. No deben sorprendernos los constantes intentos de reescribir la historia, o los momentos críticos de destrucción directa de la cultura, la quema de libros, la censura o directamente la manipulación conceptual contemporánea del patrimonio cultural acumulado por la sociedad. Si no entendemos la evolución no seremos capaces de evolucionar por nosotr@s mism@s

Patrimonio de la humanidad

Todo lo que heredamos de nuestros antecesores constituye nuestro Patrimonio de bien común:

  • Los logros colectivos como la jornada de 8 horas de trabajo, o el derecho de sufragio universal, los derechos democráticos y civiles, la cultura, la ciencia, la historia, la salud y enseñanza pública…
  • Los bienes comunes de cada época se han beneficiado del avance científico y los éxitos de la razón. A todos benefició el fuego, la rueda, la navegación, el método científico, la imprenta, la medicina…

Usamos los bienes comunes en el día a día, muchas veces desconociendo su origen o el esfuerzo que costó a los contemporáneos, emprendedores o activistas, que en la mayoría de los casos lucharon por ellos. La Revolución Científica entre los siglos XV, XVI y XVII supuso un cambio drástico en el modelo de pensamiento produciéndose un conflicto con la fe que pagaron caro algunos de sus protagonistas. Einstein fué un joven muy capaz que pagó por su rebeldía antes de convertirse en el héroe científico del siglo XX por la teoría de la relatividad.

El poder establecido siempre se siente amenazado por las personas que se empoderan, más cuando lo hacen con Nosotr@s. En algunas etapas de la historia puede rechazar a la ciencia, ocultar la historia, destruir la cultura, perseguir la innovación, castigar el activismo social y/o volverse totalitario para mantener su poder.

En la tensión entre bien privado y bien común el poder establecido amenaza el bien común con privatizaciones, degradación de sus capacidades, discriminaciones… En nuestra historia hay muchos héroes y heroínas anónimos que lo han dado todo por el bien común sin pretender nada a cambio, una historia ignorada por nuestra alienación. No se trata solo de saber, conocer la historia o ser parte del bien común sino especialmente estar empoderados de los bienes comunes, ser Nosotr@s, una parte inseparable del poder que los domina para conducirlos en su evolución sin que pierdan su cualidad de bien común.

Alienación y poder

La comprensión del bien común evoluciona como la propia sociedad y sus bienes comunes hasta el punto de que puede cambiar el valor moral del patrimonio heredado, es racional y relativa, como el ser humano. Ponerse de acuerdo se torna en una tarea imposible cuando la mayoría de la sociedad está alienada y actua de forma inconsciente. A las diferencias naturales en el sesgo personal se suma la desinformación y una cultura social que fomenta la deconstrucción conceptual postmodernista. El valor simbólico y subjetivo del bien común como elemento de cohesión de la humanidad puede perderse por completo. Por nuestra actitud ante el bien común y el poder que lo domina estamos:

Alienad@s

Un bebe se incorpora progresivamente a la sociedad que le ha tocado vivir aprendiendo de ella ya sea por formación por su experiencia directa o por las prácticas habituales en el entorno que le rodea. Puede pasar la vida entera sin que aprendamos o dominarlo en tanto son otr@s los que intervienen. Es posible incluso usar la inteligencia grupal contra el bien común como desgraciadamente sucede con cientos de ingenieros que desarrollan Inteligencia Artificial.

Aprendemos siguiendo la costumbre casi sin darnos cuenta, nuestras neuronas espejo hacen un trabajo muy eficiente permitiéndonos incorporar una parte muy importante del patrimonio acumulado; se hace cargo de ello nuestro subconsciente.

El poder establecido puede usar la costumbre para impedir el avance de la sociedad, para dividirla entre quienes se percatan de la necesidad del cambio y quienes se oponen por temor a que desestabilicen su forma de vida. Rara vez el estado ha menguado la influencia del beneficio privado para maximizar el bien común, es el caso de personajes raros como los ‘reyes sabios’ o mitos populares que percibimos gratamente por gracia y obra de nuestro subconsciente.

El mundo empresarial descubrió hace años como funcionan nuestras reacciones emocionales y como estas pueden ser educadas para obtener respuestas racionales más eficientes, y también más convenientes. La inteligencia emocional ha demostrado su efectividad y se usa hoy para maximizar el beneficio privado. Si los medios, las empresas y políticos nos convencen de que la mejor respuesta a la privatización es inscribir a nuestros hijos en colegios privados están reduciendo la resistencia espontánea y causando una división social que les favorece ante su valor estratégico. Será más difícil entender que la educación es un bien común porque quienes aprenden esta respuesta lo que están aprendiendo es que es un bien privado al que acceder, como sea, porque es ‘lo mejor’.

Empoderad@s

En algunos casos la amenaza al bien común despierta a un sector social que se moviliza porque se sienten afectados, muchas veces parten sin hacer la reflexión de fondo de porqué les afecta. Nuestro subconsciente entiende la relación lógica entre el bien afectado y nuestra necesidad humana, es él quien activa nuestras emociones, normalmente de forma defensiva, como si sufriéramos un ataque, y realmente lo es.

En estas situaciones las emociones colectivas activan la inteligencia social y la sociedad actúa como un ser vivo, objetiva el Nosotr@s que llevamos cada cual de forma que los matices personales enriquecen la acción social.

Mayo de 1968, el Festival de música y arte de Woodstock, el 15M, las movilizaciones sociales… son momentos creativos que crean cultura en el seno de un proceso de empoderamiento del que surgen en muchos casos organizaciones con capacidad de echarle un pulso al poder. ¿Son un fenómeno político?, si y no, porque no se trata de los movimientos de una jerarquía que ejerce su poder, sino de movimientos de la sociedad usando sus habilidades sociales para resolver una problemática que les compete.

El empoderamiento puede ser temporal, pasajero, si no se objetiva racionalmente qué esta sucediendo. La objetivación (concienciación) es también un paso inevitable para el empoderamiento de forma que algo que puede ser temporal se torna en aprendizaje y experiencia consciente de poder.

Cambio de paradigma

Desde el inicio de la crisis global que vivimos nos encontramos ante una gran dicotomía planetaria y para la humanidad, no es solo una crisis económica o política, o de sostenibilidad. Son todas ellas juntas, amenazando a cuanto conocemos. Las consecuencias han creado tal inseguridad en la sociedad que se ha generado tanto movimientos sociales como cambios en la conciencia global, hasta el momento todos espontáneos, cuando es ineludible una respuesta consciente, racional y organizada del conjunto de la sociedad.

Las amenazas que afrontamos suponen por sus significandos y significanes la oportunidad para un cambio de paradigma, una apuesta para nuestra evolución, o, si renunciamos a ella, una amenaza que puede llevarnos en su peor expresión hasta la misma extinción de la vida humana y de otras especies.

No han nada que nos condene a una vía u otra, tenemos poder para decidir nuestro destino asumiendo definitivamente las responsabilidades que nos corresponden como consecuencia del dominio que tenemos sobre toda la vida del planeta y sus equilibrios. Tenemos la posibilidad de elegir el beneficio para tod@s sin renunciar al libre albedrío, incluyendo el beneficio propio; abordar un cambio de paradigma en el que seamos tod@s los seres humanos los responsables de la evolución de la sociedad humana y cada cual de la suya misma.

Los gobiernos no están haciendo los deberes como desearíamos desde la posición que ocupamos cada cual. Nos retienen como siempre las dificultades de lo común, la complejidad de la naturaleza humana.. pero la opción de dejar correr el tiempo, cuando nos lo está reduciendo el cambio climático, no es posible.

Si queremos empoderarnos no podemos recurrir a los mecanismos de siempre: intentar derrotar a un sector social, discriminar o explotar a otr@s, recurrir al poder centralizado, a la homogenización, a los recortes, a la autoridad del estado y/o la represión, a delegar la responsabilidad en quien sea, tendremos que evolucionar con un cambio de paradigma:

  1. En la educación, con cambios en profundidad, para generar una cultura y moral adecuada al bien común:
  • Para facilitar el empoderamiento y reducir la alienación.
  • Para educar la inteligencia emocional en las actuaciones espontáneas de Nosotr@s.
  • Para hacer de la comprensión del bien común el fundamento de nuestra acción social.
  • Para evitar el enfrentamiento en la sociedad que provocan la manipulación, la explotación y las respuestas inducidas por el poder establecido.
  • También para aprender a colaborar, descubrir las ventajas de la iniciativa, de la pluralidad de visiones y capacidades que aportan personas muy distintas pero motivadas por el bien común.
  1. En la organización del poder, para que su praxis y la de cada persona se corresponda con el bien común y las habilidades que caracterizan al ser humano.

Habilidades Sociales

Son las capacidades humanas que facilitan nuestra conexión con el resto de la sociedad y con cada uno de los individuos u organizaciones que la componen:

  • Fisológicos como las Neuronas Espejo1
  • Las Emociones «reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdo importante».
  • Los sentimientos «Son tanto a un estado de ánimo como también a una emoción conceptualizada que determina el estado de ánimo».
  • Las actitudes son «Predisposiciones aprendidas para responder de un modo consistente, y relativamente permanente, a un objeto social». Cualquier realidad creada por la sociedad y las personas mismas.
  • El lenguaje es «la capacidad de los seres humanos para comunicarse por medio de signos lingüísticos (usualmente secuencias sonoras, pero también gestos y señas, así como signos gráficos)». En él se materializa el uso de nuestras capacidades simbólicas(( Wikipedia:  Lenguaje: Desde un punto de vista más amplio, el lenguaje indica una característica común a los humanos y a otros animales (animales no simbólicos), para expresar sus experiencias y comunicarlas a otros mediante el uso de símbolos, señales y sonidos registrados por los órganos de los sentidos. Los seres humanos desarrollan un lenguaje complejo que se expresa con secuencias sonoras y signos gráficos. Por su parte, los animales desarrollan una comunicación a través de signos sonoros, olfativos y corporales que en muchos casos distan de ser sencillos.
    Wikipedia: Emociones; Sentimientos; Actitudes))
  • El conocimiento vivo conformado por hechos o información adquiridos por una persona a través de la experiencia y/o la educación, la comprensión teórica y/o práctica de un asunto referente a la realidad en la que socialmente se relaciona.
  • La Inteligencia Social. Es la capacidad que tiene una persona para relacionarse e interactuar con los demás. Permite comunicarnos de manera efectiva y gestionar nuestras emociones adecuadamente para obtener un buen resultado en nuestras interacciones sociales.

La combinación de estas capacidades se manifiesta de forma distinta en cada persona conformando su personalidad e identidad humana haciendo que cada ser humano sea relativo a los demás.

La tecnología en la era del conocimiento ha creado herramientas de comunicación que extienden el acceso al conocimiento y las capacidades sociales del ser humano. Igual que en el pasado la rueda o la navegación extendieron nuestras capacidades de movilización y carga.

La Educación para la colaboración formará nuestras habilidades sociales de forma que desarrollaremos la inteligencia social para el gobierno del bien común permitiendo un salto evolutivo de nuestra especie.

  1. Las neuronas espejo son un tipo de neuronas que se activan cuando se ejecuta una acción y cuando se observa ejecutar esa acción o se tiene una representación mental de la misma. Por ello, se les asignó como apellido «espejo» porque de algún modo, reflejan lo que se ve. Así, deducir lo que los demás piensan, sienten o hacen es posible gracias a su activación, ya que están especializadas en comprender no sólo la conducta de los demás sino también cómo se sienten. De hecho, están muy relacionadas con los comportamientos empáticos, sociales e imitativos, siendo consideradas por algunos científicos como uno de los descubrimientos más importantes de las neurociencias en los últimos años. La mente es maravillosa []

Conocimiento Vivo

Es un conocimiento extremadamente rico, no académico, que sin embargo respeta y desarrolla más allá de los estándares. Es el conocimiento que posee cada persona, aprendido de otras, estudiado en universidades o escuelas… pero modificado por su propia experiencia. El conocimiento vivo es único y distinto en cada ser humano((Publicado originalmente por Jivago en Jivablog20/09/2013)) .

Podemos extraer los conceptos estandarizados de la bombilla, del trabajo del herrero, pero puestos a hacer un pastel de chocolate, no solo tenemos varias recetas, sino muchas cocineras, o cocineros, que la implementan de forma distinta. Si los ponemos en contacto, e intercambian en grupo este conocimiento, su cualidad de seres humanos, sociales por tanto, les permitirá mejorar la receta que cada cual hace, e incluso crear una receta común que incorpora múltiples experiencias personales, antes desconectadas y conocimientos incorporados distintos.

Si desde el concepto de tecnología incorporada en equipos o máquinas; pasando por el concepto manpower (tecnología incorporada en personas) llegamos a un concepto tecnológico fundamental, el de know how, con el conocimiento vivo nos posicionamos en el Social know how (conocimiento social) fundamental para el crecimiento de organizaciones económicas abiertas, basadas en el conocimiento, aplicaciones de base social y procesos de creación y mejora continua que tienden no a la estandarización sino a la diversificación, más acorde con la pluralidad humana y fundamento de nuestra creciente ansia de democracia.

Posición del Bien Común

Estamos habituados a ver las cosas desde un punto de vista individual, incluso aquellas que sabemos que afectan a otros o, a bienes comunes, públicos o del conjunto de la especie, como pueda ser la naturaleza. Es imposible que sólo con la visión individual de cada ser humano podamos hacer algo común. Otras personas interesadas tendrán su propia visión y manifestarán su discrepancia al no sentirse representadas en situaciones en las que se toman decisiones que, tal como se han generado, benefician sólo a una parte.

Esta es hoy la situación más común en la que es difícil la gestión diaria del bien que se trate; la no inclusión de las personas afectadas puede causar muchos daños al bien común según la actitud que cada persona desarrolle:

  1. Destructiva. – Es muy probable, si no estamos conformes, que nos distanciemos y no sintamos vínculo emocional alguno con el Bien Común, y como consecuencia no avisemos de problemas que tengan que ver con tal bien: averías, deterioros, o en algunos casos se produzcan daños directos causados por personas que buscan lucro o actúan abiertamente de forma antisocial. Nuestra ‘venganza personal‘ se traduce en daños directos que podrían haberse evitado.
  2. Delegar en otr@s . -El distanciamiento de aquello en lo que no nos sentimos reflejados llevará a la solución fácil de delegar, que nos aliena hasta el punto de perder la noción o el origen del bien que se trate ‘la sanidad no es cosa mía sino del estado’. Ya le podemos echar la culpa sin implicarnos, y si al distanciamiento añadimos quejas nuevas, por daños o degradaciones del bien que nos afectan, el NO habitual sumará una reivindicación inconsciente más en la que no se sentirán representados aquellos a quienes no afecte. La alienación hace que la oposición se disperse provocando enfrentamientos entre quienes más interesados están en preservar el valor social del bien del que se trate.

En tales casos se puede considerar necesario tanto la presión como la represión, con sanciones para protegerlo, o con movilizaciones para evitar la destrucción abierta por privatizaciones que dañan su utilidad social. La represión sin embargo causa daños sociales del que el más grave es una división dificil de superar por el peso emocional de los daños que se produzcan. No ayuda a conseguir el bien común usar los métodos de quienes monopolizan el poder porque se puede conseguir cambios de actitud con educación para el común e inclusión racional de la disidencia para que esta se torne constructiva.
Si necesitamos un acuerdo social que beneficie a tod@s es preciso actuar con un método que lo facilite:

  1. – Intentar conocer la opinión de las personas interesadas.
  2. – Antes de expresar nuestra propia opinión preguntar cuidando nuestras afirmaciones.
  3. – Llevar nuestra mente, y la del grupo en el que nos encontremos a un punto de partida neutral que requiera la participación para su definición.
  4. – Usar para conseguir tal posición la información necesaria para complementar el conocimiento de los participantes identificando el conocimiento diferencial necesario.
  5. – Poner en valor todas las respuestas negativas y desarrollar las preguntas necesarias aportando u obteniendo la información complementaria que desarrolle la inteligencia colectiva.
  6. – Esforzarse por no dejar a nadie fuera de la reflexión grupal de forma que, sin ejercer presiones, cada persona participe voluntariamente en el proceso de decisión.
  7. – Seleccionar de todas las opciones posibles a desarrollar aquellas que más impliquen emocionalmente al grupo.
  8. – Facilitar vías de desarrollo opcional a las personas, incluida la posibilidad de formación, si las vías emocionales a desarrollar les ‘dejan frios’, para que no se sientan excluidos del grupo o de la opción resultante del proceso colectivo de deliberación.

El resultado es una posición social, una Posición del Bien Común ((Publicada originalmente por Jivago ‘La Posición del Bien Común’ https://jivago.es/09-07-2018/la-posicion-del-bien-comun.html – 09/07/2018)) mas propia para el tratamiento del bien común, teniendo en cuenta las características racionales y habilidades sociales del ser humano.

Este procedimiento se puede usar tanto de forma colectiva como individualmente en muchas situaciones y mejorar si se prepara intencionalmente, como referente neutral, documentado, científico, para que las personas interesadas en un bien común se posicionen al respecto usando el conocimiento propio de cada cual y el disponible en la sociedad, en el caso de ser insuficiente.

Conociendo el método es muy aconsejable crear Posiciones de bien común, materiales de inicio para la deliberación social, con todas sus características de neutralidad previa, y educar a las personas en educación para el común y en el método que les va a facilitar la resolución colectiva sin caer en estériles y destructivos enfrentamientos, tan característicos en movimientos sociales y organizaciones.

Valores e indicadores

Cualquier bien tiene en un determinado momento unos valores que podemos mensurar y usar como referencia para cuando debamos tomar una decisión. Esta es una referencia científica, válida para todo el mundo, de forma que la visión personal se podrá expresar respecto de ellos. Gracias a los valores comunes hablaremos en un ‘formato’ que nos permitirá entendernos, cuando menos para comunicar a los demás nuestra valoración, y puedan así saber si comparten o no nuestra opinión, o aportar argumentos de vuelta que puedan ser a si mismo evaluados.

Por ejemplo: una vivienda tiene indicadores de habitabilidad, accesibilidad, servicios, salubridad, sostenibilidad, eficiencia energética, integración con el entorno o reciclaje de sus materiales. Medidas de referencia para espacios comunes, habitaciones o servicios. Es fácil establecer valores de referencia en vivienda usando estos datos, que podemos obtener estudiar y evaluar, para después crear indicadores que nos permitan saber el estatus de la cuestión en cualquier momento. La concurrencia de expertos/científicos en el bien de la vivienda hará que la Posición del Bien Común tenga una credibilidad general, incluyente, transversal… Como punto de partida para toda la sociedad que puede contar con lo mejor que la ciencia haya podido desarrollar hasta el momento.

El ámbito de la Posición del Bien Común es cualquiera en el que deba aplicarse. Puede ser nuestro barrio, el pueblo, la comarca, el estado, o en todo el planeta. Por tanto es factible, si tenemos las personas y los medios para definirla el hacerlo sin tener que esperar que aparezca una autoridad que se encargue. Estamos hablando de ciencia y conocimiento, por tanto no habrá contradicciones graves si en el pueblo vecino alguien se pone a trabajar en lo mismo y aprovechamos su experiencia para conseguir mejores resultados.

En todos los casos, para conseguir una Posición de bien común, los valores e indicadores deberán tomarse en consideración de forma que incluyan a todos los interesados ya sea porque lo van a disfrutar, porque trabajan en su gestión o se sienten perjudicados de alguna forma en relación al bien del que se trate.

Globalidad personalización y planificación

La Posición del Bien Común como material de inicio no supone decisión previa alguna, es una referencia de partida, de uso voluntario, útil para que la sociedad tome decisiones. Son referentes científicos que evolucionan con la propia ciencia que estudiará como la sociedad ejecuta de forma concreta el bien común.

Se determina partiendo del estado de conocimiento en ese momento del bien que se trate de forma que incluya a todas las personas interesadas y/o afectadas en cualquier sentido. En tanto se consigue el bien común la Posición del bien común es abstracta y relativa para cada ser humano y una referencia para su mejora.
La define una organización neutral, de carácter científico, relacionada con el bien que se trate y para cualquier ámbito en el que sea de aplicación. Puede ser una organización ya existente, o creada expresamente.

Si la Posición del bien común indica que ‘una casa media debe tener 90 metros cuadrados, cimientos, techo, etc’, por poner un ejemplo, después una casa concreta se construirá en la ‘finca x’ con características muy definidas en las que vamos a combinar decisiones globales (sostenibilidad, eficiencia energética, integración natural), locales (materiales de construcción, zonas edificables, normas de entorno etc), vecinales (áreas comunes, accesos…) y personales (color de las ventanas, orientación, distribución de las zonas). En el caso de un conjunto de casas de construcción colectiva La Posición del bien común nos ayudará a ponernos de acuerdo en como y qué debemos pedirle al constructor, aunque este después nos permita cambiar un armario de la vivienda que nos toque concretamente.

En el ejemplo de la vivienda la Posición del bien común puede tener indicaciones sobre la deconstrucción de viviendas, si reúnen determinadas características que aconsejen una retirada ordenada, p. ej ‘construcción guiada por especulación urbanística’. La indicación termina en ella misma, no es función de quienes la definen intervenir en su aplicación que corresponde a la sociedad, especialmente a quienes estén interesados/afectados por los valores del indicador.

Gracias a la Posición del bien común siempre podremos evaluar en la sociedad los detalles de su aplicación en todos los ámbitos haciendo que la personalización, incluyendo todas las posibilidades de la creatividad humana, no supongan riesgos y aporte valiosa información a sus indicadores para la planificación futura.

Las personas creativas, conociendo los detalles de la Posición del bien común, usarán la libertad que dan los valores con respaldo social para desarrollar su iniciativa creadora. Aportarán millones de matices que valoraremos por lo innovador, por la belleza de su creación, ayudando a crear una cultura positiva y nueva de lo común en la que sean cada vez más raros los daños a la comunidad .