Posición del Bien Común

Estamos habituados a ver las cosas desde un punto de vista individual, incluso aquellas que sabemos que afectan a otros o, a bienes comunes, públicos o del conjunto de la especie, como pueda ser la naturaleza. Es imposible que sólo con la visión individual de cada ser humano podamos hacer algo común. Otras personas interesadas tendrán su propia visión y manifestarán su discrepancia al no sentirse representadas en situaciones en las que se toman decisiones que, tal como se han generado, benefician sólo a una parte.

Esta es hoy la situación más común en la que es difícil la gestión diaria del bien que se trate; la no inclusión de las personas afectadas puede causar muchos daños al bien común según la actitud que cada persona desarrolle:

  1. Destructiva. – Es muy probable, si no estamos conformes, que nos distanciemos y no sintamos vínculo emocional alguno con el Bien Común, y como consecuencia no avisemos de problemas que tengan que ver con tal bien: averías, deterioros, o en algunos casos se produzcan daños directos causados por personas que buscan lucro o actúan abiertamente de forma antisocial. Nuestra ‘venganza personal‘ se traduce en daños directos que podrían haberse evitado.
  2. Delegar en otr@s . -El distanciamiento de aquello en lo que no nos sentimos reflejados llevará a la solución fácil de delegar, que nos aliena hasta el punto de perder la noción o el origen del bien que se trate ‘la sanidad no es cosa mía sino del estado’. Ya le podemos echar la culpa sin implicarnos, y si al distanciamiento añadimos quejas nuevas, por daños o degradaciones del bien que nos afectan, el NO habitual sumará una reivindicación inconsciente más en la que no se sentirán representados aquellos a quienes no afecte. La alienación hace que la oposición se disperse provocando enfrentamientos entre quienes más interesados están en preservar el valor social del bien del que se trate.

En tales casos se puede considerar necesario tanto la presión como la represión, con sanciones para protegerlo, o con movilizaciones para evitar la destrucción abierta por privatizaciones que dañan su utilidad social. La represión sin embargo causa daños sociales del que el más grave es una división dificil de superar por el peso emocional de los daños que se produzcan. No ayuda a conseguir el bien común usar los métodos de quienes monopolizan el poder porque se puede conseguir cambios de actitud con educación para el común e inclusión racional de la disidencia para que esta se torne constructiva.
Si necesitamos un acuerdo social que beneficie a tod@s es preciso actuar con un método que lo facilite:

  1. – Intentar conocer la opinión de las personas interesadas.
  2. – Antes de expresar nuestra propia opinión preguntar cuidando nuestras afirmaciones.
  3. – Llevar nuestra mente, y la del grupo en el que nos encontremos a un punto de partida neutral que requiera la participación para su definición.
  4. – Usar para conseguir tal posición la información necesaria para complementar el conocimiento de los participantes identificando el conocimiento diferencial necesario.
  5. – Poner en valor todas las respuestas negativas y desarrollar las preguntas necesarias aportando u obteniendo la información complementaria que desarrolle la inteligencia colectiva.
  6. – Esforzarse por no dejar a nadie fuera de la reflexión grupal de forma que, sin ejercer presiones, cada persona participe voluntariamente en el proceso de decisión.
  7. – Seleccionar de todas las opciones posibles a desarrollar aquellas que más impliquen emocionalmente al grupo.
  8. – Facilitar vías de desarrollo opcional a las personas, incluida la posibilidad de formación, si las vías emocionales a desarrollar les ‘dejan frios’, para que no se sientan excluidos del grupo o de la opción resultante del proceso colectivo de deliberación.

El resultado es una posición social, una Posición del Bien Común 1 mas propia para el tratamiento del bien común, teniendo en cuenta las características racionales y habilidades sociales del ser humano.

Este procedimiento se puede usar tanto de forma colectiva como individualmente en muchas situaciones y mejorar si se prepara intencionalmente, como referente neutral, documentado, científico, para que las personas interesadas en un bien común se posicionen al respecto usando el conocimiento propio de cada cual y el disponible en la sociedad, en el caso de ser insuficiente.

Conociendo el método es muy aconsejable crear Posiciones de bien común, materiales de inicio para la deliberación social, con todas sus características de neutralidad previa, y educar a las personas en educación para el común y en el método que les va a facilitar la resolución colectiva sin caer en estériles y destructivos enfrentamientos, tan característicos en movimientos sociales y organizaciones.

Valores e indicadores

Cualquier bien tiene en un determinado momento unos valores que podemos mensurar y usar como referencia para cuando debamos tomar una decisión. Esta es una referencia científica, válida para todo el mundo, de forma que la visión personal se podrá expresar respecto de ellos. Gracias a los valores comunes hablaremos en un ‘formato’ que nos permitirá entendernos, cuando menos para comunicar a los demás nuestra valoración, y puedan así saber si comparten o no nuestra opinión, o aportar argumentos de vuelta que puedan ser a si mismo evaluados.

Por ejemplo: una vivienda tiene indicadores de habitabilidad, accesibilidad, servicios, salubridad, sostenibilidad, eficiencia energética, integración con el entorno o reciclaje de sus materiales. Medidas de referencia para espacios comunes, habitaciones o servicios. Es fácil establecer valores de referencia en vivienda usando estos datos, que podemos obtener estudiar y evaluar, para después crear indicadores que nos permitan saber el estatus de la cuestión en cualquier momento. La concurrencia de expertos/científicos en el bien de la vivienda hará que la Posición del Bien Común tenga una credibilidad general, incluyente, transversal… Como punto de partida para toda la sociedad que puede contar con lo mejor que la ciencia haya podido desarrollar hasta el momento.

El ámbito de la Posición del Bien Común es cualquiera en el que deba aplicarse. Puede ser nuestro barrio, el pueblo, la comarca, el estado, o en todo el planeta. Por tanto es factible, si tenemos las personas y los medios para definirla el hacerlo sin tener que esperar que aparezca una autoridad que se encargue. Estamos hablando de ciencia y conocimiento, por tanto no habrá contradicciones graves si en el pueblo vecino alguien se pone a trabajar en lo mismo y aprovechamos su experiencia para conseguir mejores resultados.

En todos los casos, para conseguir una Posición de bien común, los valores e indicadores deberán tomarse en consideración de forma que incluyan a todos los interesados ya sea porque lo van a disfrutar, porque trabajan en su gestión o se sienten perjudicados de alguna forma en relación al bien del que se trate.

Globalidad personalización y planificación

La Posición del Bien Común como material de inicio no supone decisión previa alguna, es una referencia de partida, de uso voluntario, útil para que la sociedad tome decisiones. Son referentes científicos que evolucionan con la propia ciencia que estudiará como la sociedad ejecuta de forma concreta el bien común.

Se determina partiendo del estado de conocimiento en ese momento del bien que se trate de forma que incluya a todas las personas interesadas y/o afectadas en cualquier sentido. En tanto se consigue el bien común la Posición del bien común es abstracta y relativa para cada ser humano y una referencia para su mejora.
La define una organización neutral, de carácter científico, relacionada con el bien que se trate y para cualquier ámbito en el que sea de aplicación. Puede ser una organización ya existente, o creada expresamente.

Si la Posición del bien común indica que ‘una casa media debe tener 90 metros cuadrados, cimientos, techo, etc’, por poner un ejemplo, después una casa concreta se construirá en la ‘finca x’ con características muy definidas en las que vamos a combinar decisiones globales (sostenibilidad, eficiencia energética, integración natural), locales (materiales de construcción, zonas edificables, normas de entorno etc), vecinales (áreas comunes, accesos…) y personales (color de las ventanas, orientación, distribución de las zonas). En el caso de un conjunto de casas de construcción colectiva La Posición del bien común nos ayudará a ponernos de acuerdo en como y qué debemos pedirle al constructor, aunque este después nos permita cambiar un armario de la vivienda que nos toque concretamente.

En el ejemplo de la vivienda la Posición del bien común puede tener indicaciones sobre la deconstrucción de viviendas, si reúnen determinadas características que aconsejen una retirada ordenada, p. ej ‘construcción guiada por especulación urbanística’. La indicación termina en ella misma, no es función de quienes la definen intervenir en su aplicación que corresponde a la sociedad, especialmente a quienes estén interesados/afectados por los valores del indicador.

Gracias a la Posición del bien común siempre podremos evaluar en la sociedad los detalles de su aplicación en todos los ámbitos haciendo que la personalización, incluyendo todas las posibilidades de la creatividad humana, no supongan riesgos y aporte valiosa información a sus indicadores para la planificación futura.

Las personas creativas, conociendo los detalles de la Posición del bien común, usarán la libertad que dan los valores con respaldo social para desarrollar su iniciativa creadora. Aportarán millones de matices que valoraremos por lo innovador, por la belleza de su creación, ayudando a crear una cultura positiva y nueva de lo común en la que sean cada vez más raros los daños a la comunidad .

 

  1. Publicada originalmente por Jivago ‘La Posición del Bien Común’ https://jivago.es/09-07-2018/la-posicion-del-bien-comun.html – 09/07/2018[]