El conocimiento diferencial es aquel que necesita una persona o grupo para resolver con éxito una tarea. Lo define tanto su ausencia como la necesidad, Supone la búsqueda activa, con el formato y método necesario, para empoderar a la persona y/o grupo de forma que para la resolución ejerza su poder .
Por la forma en que se obtiene pasa a ser conocimiento vivo, de las personas interesadas, y/o conocimiento que alimenta la inteligencia social.
El conocimiento diferencial en la escala de la humanidad puede movilizar la conciencia colectiva influyendo en la cultura y moral de la sociedad de forma que esta cambie, o evolucione sus valores, y haga como consecuencia cosas que antes parecerían extrañas a la mayoría de la sociedad.
Así sucedió con las redes de ayuda mutua ante la pandemia: Las dificultades de la sanidad pública, el valor social de algunas profesiones que fueron clave para afrontarla, la revalorización de la naturaleza como consecuencia del confinamiento y de los desequilibrios causados en ella por el ser humano que han hecho posible la pandemia.
La definición lógica, necesaria para el uso social consciente, es sin embargo una práctica muy habitual en la que probablemente no nos hemos fijado y se puede ver en esta pregunta:
….’¡Carmina! ¿Cómo has hecho para que estos pimientos estén tan ricos?….
Si Carmina nos lo cuenta bien, satisfecha la curiosidad, tardaremos muy poco en aplicar la receta. Empoderados haciendo pimientos, muy muy ricos, estaremos muy felices de haberlo conseguido.